Por Andrea Castillo Muñoz*
“Eso papá, lucha por el agua hoy, que en el futuro será oro para nosotros tus hijos.Sin agua, ¿qué nos heredarán?”
Alumbro con esta voz pequeña, invisible en los medios de comunicación, una expresión cargada de ternura y coraje que anima a Cristian Flores, vocero de la comunidad de Caimanes. Una niña-hija que sabe del cansancio de su padre, del costo y beneficio de la lucha de un pueblo.
¿Por qué y para qué animar a Caimanes?
Va más de una década que el pueblo de Caimanes lucha por sus aguas, que han sido sepultadas y contaminadas por Minera Los Pelambres (MLP) por medio de “El Mauro”, el tranque de relave más grande de América Latina, propiedad del grupo Luksic. El tiempo abundante de lucha les ha curtido en lo colectivo, han saboreado sonrisas, rabias, esperanzas y lágrimas. Conocen el gozo y el desgaste de luchar como pueblo organizado en busca de la libertad del río Pupío. Sin poder ni dinero, le han ganado a uno de los grupos económicos más grande en Chile, los Luksic, la familia más rica de nuestro país y la fortuna N° 82 a nivel mundial (Fundación SOL). En mi opinión ellos son quienes se han robado los derechos de agua para la construcción de relaves mineros en detrimento del bienestar del pueblo, ya que desde el 2006 actúan sin permiso legítimo. Se enfrentaron al soborno, maltrato, engaño, mitigación económica y amenazas de MLP, a juicios injustos como fue acusar a sus abogados defensores y a su dirigente de asociación ilícita y a la invisibilización de los medios de comunicación manejados por esta misma mafia. Minera Los Pelambres ha desplegado todo su inmoral proceder para matar a Caimanes, sin embargo, el pueblo ha resistido llevando a cabo todo el conducto jurídico regular, sabiendo que la verdad está de su parte y confiando que la justicia prevalece sobre el poder económico y político, sin desconocer que la traición institucional ha existido y existe en Chile a causa del dinero y el poder. Contra todo pronóstico esperaron que la última palabra la diera la justicia, que finalmente falló a favor de Caimanes lo que indica que MLP debe demoler el muro del tranque. Hasta hoy MLP se niega a hacerlo afirmándose que es un fallo imposible de cumplir dejando en jaque el poder judicial frente al poder económico, que es el que gobierna hoy nuestro país.
Ante un fallo que no se cumple ¿La verdad y la justicia no son suficientes? ¿Qué falta, qué sobra?
Estamos como cristianos y cristianas en estos cuarenta días donde Jesús y el diablo se enfrentan cuerpo a cuerpo. Vivimos una cuaresma que Caimanes está viviendo con un sinfín de patrañas con las que el diablo de MLP busca otra vez hacerles caer, morir. Hoy día la comunidad cuenta con un fallo que la autoriza, por orden judicial, a recuperar sus aguas y, al mismo tiempo, queda herida con hábil estocada dada por autoridades y políticos que tratan de hacerlos sentir responsables de la falta de trabajo en que quedarían las personas que trabajan en la mina una vez sea demolido el tranque. Ahora MLP busca que el pueblo de Caimanes se sienta culpable por el dolor que causará a tantas familias que no tendrán trabajo ni comida, pero: ¿hasta dónde puede llegar la maldad y el descaro? Duele tanto ver, sentir, leer, cómo pretenden confundir y matar a este pueblo, cómo busca MLP sepultar la justicia, el agua y la vida.
Hago tan mío tu sentir Natty. Tu arenga hermosa: “eso papá, lucha por el agua hoy…” me lleva y que nos lleve a agradecer a Caimanes por darnos lección y pedagogía de vida, de comunidad, de bien común, de justicia y que nos impulse y anime en la esperanza; que nos haga luchar con los sencillos, una lucha sin tiempo y con todo el cuerpo, colaboradores de la justicia y no cómplices de mentiras y violaciones a los derechos humanos fundamentales como son nuestras aguas.
Que Jesús nos libre de caer en la tentación de la indiferencia con la que hombres y mujeres luchan día a día en nuestro Chile.
Que Jesús nos libre de caer en la tentación de explotar el agua y la tierra para obtener dinero.
Que Jesús nos libre como él se libró de caer en la tentación,
Ánimo pequeño pueblo, que vencerás.
*Andrea Castillo Muñoz es teóloga en Temuco, Chile.
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